Ayer estaba yo por la calle cuando no pude evitar fijarme en una joven mujer que caminaba junto a mí. ¿Qué era aquello que llevaba en la mano?
La forma, el color rosa... cuán funesta sospecha. Aceleré el paso para cerciorarme.
Cielos, ¿era lo que me temía? No estaba seguro, pero al pararse en el semáforo la caminante utilizó el objeto para protegerse del inclemente sol que caía.
Y entonces mis peores augurios se cumplieron: en efecto, se trataba del coleccionable PASTELERÍA CREATIVA, de Planeta DeAgostini
Y además iría con algún molde o cursilada similar de regalo. ¡Escuela de malenis!
La mujer, al darse cuenta de mi cara de horror, apretó el paso.
Y, al final, presa del pánico y la vergüenza, acabó por salir corriendo.
¡Maleni a la fuga!